sábado, 9 de maio de 2009

En la oscuridad oigo tu voz




Si el ojo de fondo te atrapa en el tiempo

Mostrando en la ciudad desértica

Como caer con las manos atadas

En los rincones de los refugiados del sueño despierto

Entre la niebla arqueando sus piernas en torno de mi cintura

La oscuridad tragándose mi semblante de un viaje

Espejos huracanes desprovistos de linternas verdes

Sostenidas por mariposas lluviosas de nieve ardiente

En tus labios de terciopelo se madura el fruto

Recuerdos de tu piel que huele a barniz

Ultrapasando tiempos lejanos de quien me hizo soñar despierto

Delante del espejo atrapado hacia adentro

Caminos recorridos en los contornos de tus piernas

Sedientas de mi vitalidad perfumada de ángel

Los apuntes tiritan delante de las hojas de papel

Gruñendo delante de dos gatos negros que me interrogan

Atrás de las paredes de vidrio ¡aun no lo sé!

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