Un silencio visual
A Katerina Volcov
Veo los soles ponerse en su rostro que guardo en frascos de perfume
Me roban las acaricias que te hago entre mis sabanas frías
Contemplo el objeto hasta lograrte ver pasar entre sueños
Componiendo una pintura de mis pensamientos
Siempre acaricié los sueños por detrás con la imagen de la luna escondiéndose
El tiempo desvanece los ojos gastados por la edad
Mi deseo de su voz susurrante en mi oído
Mi deseo de los recuerdos de sus curvas
Mi deseo de su expresión contemplando el amor
Mi deseo de su despertar a mi lado paralizando el tiempo
Mi delicioso instrumento suave de Hipnos corporal
El egregore de fascinio sostiene la campana oculta de la divina
Lógica de sus senos indivisibles en la consumación de los tiempos
Las palabras no tienen sentido sin sus labios carnosos de mariposa mágica
Extendida con su postura delicada de mujer oculta
La rigidez de su rostro disimula los deseos más penetrantes detrás de las cejas perfiladas
Lo que creías no tiene fin, los naipes se deshacen en las copas de nuestro vino
Eres el temblor de la noche que me enmaraña, bajo tus ojos de extranjera
Así tan tierna como tú el deseo encantador de tus piernas al caminar
Y sé que mi pequeña Buenos Aires está aquí, caminaré toda las noches por la ciudad
Vendrás a hacerme compañía, sin embargo, látigos testigos aunque respire
Como la luz de una cavidad este poema se difunde por un segundo más aunque no lo sepa
Pueda partir sin saber si es hoy o mañana, desperdiciados por fantasías que no tienen fin.
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