En la oscuridad oigo tu voz
Si el ojo de fondo te atrapa en el tiempo
Mostrando en la ciudad desértica
Como caer con las manos atadas
En los rincones de los refugiados del sueño despierto
Entre la niebla arqueando sus piernas en torno de mi cintura
La oscuridad tragándose mi semblante de un viaje
Espejos huracanes desprovistos de linternas verdes
Sostenidas por mariposas lluviosas de nieve ardiente
En tus labios de terciopelo se madura el fruto
Recuerdos de tu piel que huele a barniz
Ultrapasando tiempos lejanos de quien me hizo soñar despierto
Delante del espejo atrapado hacia adentro
Caminos recorridos en los contornos de tus piernas
Sedientas de mi vitalidad perfumada de ángel
Los apuntes tiritan delante de las hojas de papel
Gruñendo delante de dos gatos negros que me interrogan
Atrás de las paredes de vidrio ¡aun no lo sé!
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